Es el órgano más extenso
del cuerpo, pero no por ello se salva de estar propenso a padecer afecciones
que, de una manera u otra, alteran la salud de nuestro organismo e incluso incide
de manera clave en la interacción del contexto en el que nos movemos
cotidianamente.
La piel, ese noble órgano
envoltorio sensorial, tiene entre sus diversas funciones: 1. Cubrir nuestra
estructura ósea, nuestros músculos y demás órganos internos, 2. Proteger los
órganos al brindarles una posición determinada y permitirles estar siempre en
el mismo sitio, 3. Mantener los órganos en una temperatura adecuada para que no
estallen de calor o se congelen por bajas condiciones climáticas y 4. Servir de
sensora para percibir, a través de ella, el mundo que nos rodea.
A raÃz de esto, se le
debe prestar especial atención más allá de simples cuestiones de vanidad o
belleza, puesto que ella es la primera carta de presentación que se tiene ante
los demás y sin importar el lugar o la situación, genera impresiones positivas
(si se tiene una piel firme, delicada, bien cuidada) o negativas (demacrada,
áspera, sin brillo ni elasticidad).
Una de las afecciones más
comunes con las que debe lidiar la piel es el acné, una patologÃa de tipo
inflamatorio que se presenta mayormente en la pubertad y es causada por una
acumulación de grasa, bacterias, suciedad y células muertas, que obstruyen los
folÃculos y poros, produciendo secreciones de pus y evitando que excreten
correctamente las toxinas del cuerpo. Las partes del cuerpo comúnmente afectadas
son: la cara, hombros, espalda y rara vez se presenta en las piernas, glúteos y
cabeza.
CAUSAS
   Ansiedad y estados de ánimo variables como el estrés.
   Mal funcionamiento hepático.
   Insomnio.
   Falta de vitaminas (C, B, E, A).
   Cambios hormonales de las mujeres que ocurren con cada
perÃodo menstrual y embarazo.
   Alimentación rica en grasas, azúcares refinados, comidas
“chatarraâ€.
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Tratamiento
y Terapias alternativas
   Si presenta esta o cualquier afección, la primera recomendación
es consultar a su médico.
   Reforzar el organismo con vitaminas, que contribuyan al
restablecimiento de la piel afectada, disminuyan las cantidades de grasa
secretada, remuevan las células muertas y equilibren el metabolismo hormonal.
   Aumentar el consumo de manzanas, toronjas, duraznos,
cerezas, mandarinas, Â que son ricas en
vitaminas y antioxidantes. También, aumentar el consumo de verduras como el apio, berenjenas, brócoli, zanahoria,
remolacha y lechuga.
   Incluir las ensaladas entre las opciones alimenticias.
   Tomar al menos 8 vasos de agua al dÃa (aunque esto varÃa
según cada organismo)
   Consumir leches vegetales (soya, arroz integral, avena, quÃnoa).
   Relajarse y asimilar cada noticia con tranquilidad.
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